©Copyright Elizabeth Segoviano 2020
Lectura recomendada para niños y niñas entre las edades de 5 a 8 años
A la princesa le regalan lirios, le regalan rosas.
Pero la nena no quiere esas cosas.
Frunce el ceño, se tapa la nariz, se retuerce.
Hasta parece una lombriz.
A la princesa le dan perfumes, le dan joyas.
La niña sólo hace bizcos, y se va corriendo a esconderse en las cacerolas!
A la princesa le llevan un plato de fruta, de todos los tamaños y colores.
Parecen piedras preciosas ¡como brillan! ¡y tienen deliciosos olores!
Pero la beba no quiere la fruta.
La princesa saca la lengua, dice ¡fuchi, fuchi! Y se va a todo lo que le dan sus piecitos calzados con zapatillas de cristal.
A la princesa le obsequian hermosos vestidos de seda del oriente y mantas bordadas con hilos de plata y oro.
Tienen dibujados un bello loro.
La niña se acerca curiosa, ve las delicadas prendas, las toca.
Se cruza de brazos, baja la carita.
No, en verdad no es lo que ella quiere ahorita.
A la puerta de la princesa toca su padre, el rey.
Viene con un osito de peluche tan alto y robusto como él.
También trae consigo un gran libro de cuentos y una rebanada de pastel.
Mi princesa remilgosa –dice el rey. No quieres lirios, no quieres rosas.
No quieres perfumes o joyas.
Mi princesa remilgosa no desea frutas exóticas, ni vestidos de seda o mantos bordados con plata y oro ...
Aunque tengan un loro.
¿Qué será, qué será, lo que puede a la princesa remilgosa alegrar?
¿Será que sólo quieres pasar un rato con tu papá?
La princesa remilgosa se ríe, asiente con la cabeza.
Se sienta en el regazo de su papá y pasan la tarde leyendo cuentos sentados entre enormes almohadones de suave terciopelo.
Saboreando pastel y caramelos.
La noche cae ya y el rey arropa a la princesa.
Le deja el osito de peluche, le besa la frente.
La princesa ya no corre ni hace pataletas, no hace fuchi, ni se esconde en las cacerolas. La princesa duerme tranquila con una sonrisa.
Mi princesa remilgosa -dice el rey. No quiere otra cosa mas que ser la princesa de papá.
Que cuento tan simpático y qué verdad. Damos a los niños miles de cosas y lo único que quieren es jugar con sus padres y estar con ellos. Me alegra leerte de nuevo. Feliz 2023.
ResponderEliminarMuchas gracias Conchi . Muy feliz año para ti también preciosa
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